domingo, 24 de abril de 2016

Orgullo y Prejuicio

Se trata de la novela más reconocida de la autora británica Jane Austen, el clásico por excelencia que ha inspirado muchas otras historias románticas tanto antiguas como actuales. Plasma el panorama amoroso de la familia Bennet, compuesta por cinco hijas adolescentes. La trama es parecida a Sentido y Sensibilidad, publicada dos años antes, en 1811.
La señora Bennet aspira a que sus hijas se casen lo antes posible, puesto que sus tierras, situadas en un pequeño condado cerca de Londres, en cuanto se muera el señor Bennet, pasarán a pertenecer al señor Collins, un primo lejano, y las muchachas se quedarán sin herencia.

La historia comienza cuando un joven señor soltero procedente de la capital, con mucho dinero, se propone vivir en el palacio abandonado de Netherfield, del que se encaprichó nada más contemplar los preciosos jardines. Al ser presentado en la sociedad de Meryton en un baile, al que asistieron las Bennet, se empezó a interesar por la mayor y la más bella de ellas, Juana, con quien bailó la mayor parte de la noche. Ambos, de carácter alegre, positivo y jovial, establecieron pronto una relación intensa y se fueron enamorando poco a poco y visiblemente.
Fue acompañado por su hermana y su amigo íntimo, el señor Darcy, un noble aún más rico y elegante, pero de malos modales y arisco, que rechazó bailar con cualquiera de las mujeres del pueblo, menospreciando los modales y la belleza de todas. Dicha actitud no dejó de molestar a Isabel, una joven inteligente y no tan bella como la mayor, pero de considerable hermosura, y herir su orgullo personal, por lo que al contrario que su hermana, estableció una relación de resentimiento e indiferencia crecientes con el caballero.
Durante los meses siguientes estrecharon relaciones con ellos, y cuando el casamiento de Juana y Bingley parecía inminente, éste abandonó el campo sin ninguna explicación y se trasladó para pasar el invierno en la capital, hecho que hundió a Juana e indignó a Isabel. Mientras tanto la joven cada vez soportaba menos a Darcy, pero él cada vez se sentía mas atraído por su insaciable ironía y desdén, a pesar de que Isabel estaba interesada en Whickam, un oficial con el que el caballero compartía un pasado algo oscuro.
Llegados a ese punto, la historia se complica con la aparición a su vez del señor Collins, quien está dispuesto a casarse con alguna de las Bennet para resolver el tema de la herencia, y los dramas de la burguesía inglesa continúan durante toda la novela hasta el feliz y esperado desenlace, provocando una montaña rusa en los sentimientos de los personajes y los lectores.

Esta obra es muchísima más amena que la otra novela, y me ha gustado más. Los personajes están muy desarrollados y los pensamientos de los mismos, plasmados con gran maestría y de manera única. Superó mis expectativas, y aunque siga patrones parecidos, es bastante diferente y destaca más que la primera obra. La historia en sí me parece cautivadora y muy bonita, lo que no quiere decir que sea realista ni a lo que deban aspirar las mujeres, de ésta o de otra época. Dicho esto, desde mi punto de visto Isabel Bennet supo hacerse respetar, no como ocurre en la mayoría de novelas románticas en la que las mujeres o bien se reducen a un objeto sexual o bien se dejan pisotear por la figura masculina en nombre del sentimiento amoroso. Es un libro recomendable para todosun clásico imprescindible.

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